El
reemplazo percutáneo de válvulas aorticas quirúrgicas (valve-in-valve) es un
procedimiento probado, seguro y efectivo que se le ofrece a pacientes de moderado/alto riesgo quirúrgico para
reemplazar prótesis quirúrgicas disfuncionantes como alternativa a una nueva
cirugía cardiaca. Lo habitual es que las mismas tengan diámetros
internos pequeños, la presencia de mismatch es común e impide una correcta
recuperación del paciente. Presentamos
una serie de 16 casos consecutivos en los cuales se describe por primera vez una técnica sistemática de
reemplazo valvular aórtico percutáneo valve-in-valve con fractura de válvula quirúrgica seguida del implante del dispositivo percutaneo y una post dilatación de esta para lograr diámetros mayores. La selección de los pacientes apropiados para esta técnica fueron aquellos en los cuales el tracto de salida del ventrículo izquierdo era mayor al diámetro valvular quirúrgico (anatomía mayor que el dispositivo quirúrgico implantado) Todos los casos se llevaron a cabo exitosamente y la fractura fue
realizada previo al implante valvular y posterior al mismo la post dilatación. Los balones utilizados fueron de kevlar. El balón de la fractura previa fue seleccionado siguiendo la regla de ser 5 mm mayor al diámetro interno verdadero de la prótesis quirúrgica. Y el balón de la post dilatación (u optimización) fue acorde al tracto de salida, respetando su diámetro medio El 50 % de los
pacientes fueron hombres con una edad promedio de 74 años. El 68% de las
válvulas reemplazadas fueron Saint Jude EPIC. Siguiendo las indicaciones del
uso del dispositivo S3, de no realizarse fractura de la válvula quirúrgica, se
hubiera usado en 100% de los casos una válvula numero 20 y 30% de las mismas hubieran resultado severamente
subexpandidas (diámetros de 17-19 mm). Con nuestra técnica, se logró implantar un numero mayor de válvula en 40% de los casos (válvulas 23 expandida a veces a 24) y el
30% restante válvulas dos talles mayores (26 expandidas a 26 mm). Se utilizaron
en 35% de los casos protección cerebral, no tuvimos complicaciones mayores
(muerte, sangrado ni strokes). En los ecocardiogramas control el gradiente medio de la corte fue 11.3 +/- 3. La válvula utilizada para reemplazo percutaneo fue S3 en todos los casos. La fractura valvular de prótesis quirúrgica
seguida de una optimización con balones de alta presión nos permitieron lograr
implantar válvulas expandidas a su tamaño nominal o mayor en el 100% de los
casos e incluso nos permitió la utilización de dispositivos de mayor tamaño
para el orificio interno de las prótesis quirúrgicas en 70% de los casos, disminuyendo la posibilidad de mismatch |