Introducción: La presencia de endoleaks en el
seguimiento de los pacientes que se realizaron tratamiento percutáneo de
aneurisma de aorta abdominal (EVAR) requiere
control periódico y en muchos casos reintervenciones. Método: Se analizó en forma retrospectiva la
incidencia de endoleaks en el seguimiento de los pacientes a los que se les
realizó EVAR en un período de siete años con el objetivo de establecer su
relación con diferentes variables clínicas y anatómicas. La cohorte del estudio
incluyó 139 pacientes con EVAR implantados desde 2017 hasta 2023. El
seguimiento se realizó clinicamente y con el análisis de las angiotomagrafías
anuales de control. Para el análisis estadístico se utilizó un modelo lineal
generalizado binomial logístico mediante el software R studio. Resultados: Siete pacientes fueron excluídos del
análisis por pérdida de seguimiento. La edad promedio de la población fue de 73
años y el 33% fueron mujeres. Las principales comorbilidades incluyeron
hipertensión arterial (86,3%), tabaquismo o ex tabaquismo (69%), dislipidemia
(42,4%), cardiopatía isquémica (23,4%), enfermedad vascular periférica (21,2%)
y diabetes tipo II (14,3%). Se encontraban sintomáticos al momento del
tratamiento el 20,4% de los pacientes. La mediana de la estadía hospitalaria fue 48 horas. La tasa de reintervención
fue del 3%. La mortalidad intrahospitalaria por todas las causas en el post procedimiento
inmediato fue del 3,78%. Se realizó embolización de al menos una arteria
hipogástrica en el 10% de los casos y chimeneas a las arterias renales y/o
mesentérica en el 13,6%. El 73,4% de los pacientes se realizaron al menos una
angiotomografía control entre el primer y el tercer mes posterior al alta
hospitalaria. Los pacientes fueron divididos en dos grupos los que presentaron
endoleak G1: n=32 (24,2%) de los cuales 15,6% fueron mujeres y los que no presentaron endoleak G2: n=100 (75,8%) de los
cuales un 20% fueron mujeres. En G1 hubo 7 endoleak tipo I (21,8%), 23 endoleak
tipo II (71,8%), 5 endoleak tipo III (15,6%) y ningún caso de endoleak tipo IV
o V. No hubo diferencias en el diámetro promedio de los aneurismas tratados en
G1 (58.8 mm) respecto de G2 (54.4 mm) p=0,1965. El 63% de los pacientes que
presentaron endoleak tipo I tenían una chimenea, siendo esto no
estadísticamente significativo (p=0,0634). Entre las comorbilidades analizadas,
la hipertensión arterial presentó una asociación estadísticamente significativa
con la incidencia de endoleaks a lo largo del seguimiento (p=0,0293). Los
pacientes tabaquistas o ex tabaquistas tuvieron una incidencia significativa en
la probabilidad de presentar endoleak tipo III (p=0,0425).
Conclusiones: La incidencia de endoleaks en la
población analizada es similar a la observada en la literatura. La hipertensión
arterial es un factor de riesgo para desarrollar aneurisma de aorta abdominal,
así como también un factor predisponente para el desarrollo de endoleaks. El
tabaquismo podría ser un factor predisponente para desarrollar endoleak tipo
III. El diámetro del aneurisma a tratar no mostró relación con el potencial desarrollo
de endoleaks. |